Barbo Cereza
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El barbo cereza (Puntius titteya, para los amigos científicos) es el equivalente a ese amigo que siempre llega bien vestido a la fiesta sin esfuerzo…
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El barbo cereza (Puntius titteya, para los amigos científicos) es el equivalente a ese amigo que siempre llega bien vestido a la fiesta sin esfuerzo: elegante, alegre y con un color que roba miradas. Originario de las aguas cálidas de Sri Lanka, este pez es una de las joyas más populares del mundo de la acuariofilia gracias a su carácter pacífico y su look de “yo brillo sin filtros”.
Apariencia: el “Ferrari” de los acuarios
Si hablamos de estilo, el barbo cereza se lleva el premio. Los machos lucen un tono rojo intenso, casi como si hubieran hecho gárgaras con jugo de frambuesa antes de salir a la pista. Las hembras, por su parte, tienen un color más discreto, marrón-rosado, pero igual de encantador, como si llevaran un vestido elegante para el día a día. En plena época de reproducción, los machos se ponen todavía más rojos, cual tomate maduro, para impresionar a las chicas. ¡Es su “modo pavoneo” activado!
Personalidad: un vecino ejemplar
Si hubiera un premio al “mejor compañero de pecera”, el barbo cereza estaría en el podio. Es un pez pacífico, ideal para acuarios comunitarios. Nada de peleas, nada de dramas: este pececillo solo quiere nadar en grupo y disfrutar de la vida. Eso sí, no lo dejes solo, porque es un animal de cardumen. Lo ideal es tener al menos 6 o 8 para que se sientan seguros y formen su propia “pandilla acuática”. Cuando están contentos, se les nota: nadan como si estuvieran en un desfile acuático de carnaval.
Requisitos del acuario: su “apartamento ideal”
El barbo cereza no pide una mansión, pero sí un espacio digno de su glamour. Un acuario de mínimo 60 litros es perfecto, con mucha vegetación donde pueda esconderse y descansar. Les encantan las plantas densas tipo helecho de Java o anubias, y agradecen que haya lugares sombreados. La iluminación moderada ayuda a que sus colores resalten todavía más (¡efecto Instagram garantizado!).
En cuanto al agua, prefiere temperaturas entre 23 y 27 °C, pH ligeramente ácido o neutro (entre 6 y 7,5) y una dureza baja a moderada. Vamos, nada del otro mundo: es como ese invitado que solo pide una bebida fría y buena música para pasarlo bien.
Alimentación: un gourmet sencillo
El barbo cereza es omnívoro, lo que significa que no es nada complicado para comer. Se alimenta de escamas, gránulos, alimentos vivos o congelados como larvas de mosquito, daphnias o artemia. Eso sí, no caigas en la tentación de sobrealimentarlo. Este pez, como muchos de nosotros frente a una pizza, no conoce el concepto de “basta ya”. Dale raciones pequeñas y variadas para mantener su color brillante y su pancita en forma.
Reproducción: romance a lo tropical
Cuando llega el momento del amor, los barbos cereza se vuelven unos auténticos Romeo y Julieta… pero en versión acuática. Los machos intensifican su color rojo pasión para cortejar a las hembras, que responden dejando sus huevos entre las plantas. No esperes que los padres se queden a cuidar a los pequeños, porque en el mundo del barbo cereza eso no existe: ponen los huevos y “si te he visto, no me acuerdo”. Por eso, si quieres criar alevines, lo mejor es trasladar los huevos a otro acuario para protegerlos.
En resumen
El barbo cereza es la combinación perfecta de belleza, tranquilidad y personalidad. Es el pez que da vida y color a cualquier acuario comunitario, sin pedirte que le compres joyas caras o comida de diseñador. Solo quiere un grupo de amigos, plantas donde esconderse y buena comida.
En pocas palabras: el Puntius titteya es el pez ideal para quienes quieren un toque de glamour tropical sin complicaciones. Con su color rojo chispeante y su naturaleza amistosa, es como tener un mini atardecer nadando en tu sala. Y lo mejor de todo: ¡no necesita filtros de Instagram para brillar!
Peso | 100 g |
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