Pez Cebra

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El Brachydanio rerio, apodado cariñosamente pez cebra o “cebrita”, es el equivalente acuático de una camiseta a rayas que nunca pasa de moda…

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Descripción

El Brachydanio rerio, apodado cariñosamente pez cebra o “cebrita”, es el equivalente acuático de una camiseta a rayas que nunca pasa de moda. Originario de las corrientes claras del sur de Asia—India, Pakistán, Nepal y Bangladesh—este pequeño nadador ha conquistado los acuarios de todo el mundo gracias a su personalidad incansable y a su look que grita “¡soy pura elegancia casual!”.

Apariencia: la pasarela de las rayas

La primera vez que ves a una cebrita, no hay forma de confundirla: su cuerpo alargado y esbelto luce unas líneas horizontales azul metálico y doradas que la hacen parecer una obra de arte minimalista. Es como si hubiera salido de un desfile de modas con un traje de rayas perfecto. Además, mide entre 4 y 6 cm, lo justo para ser protagonista sin robar demasiado espacio. Los machos suelen ser más delgados y con colores un poquito más intensos, mientras que las hembras se ven algo más redondeadas, especialmente cuando están listas para desovar. En pocas palabras: pura clase en miniatura.

Personalidad: energía 24/7

Si el barbo cereza era el amigo tranquilo, la cebrita es el colega hiperactivo que nunca se cansa. Son peces increíblemente activos, curiosos y juguetones. Les encanta nadar en grupo, recorrer cada rincón del acuario y, básicamente, ser el alma de la fiesta. Eso sí, no los tengas solos: necesitan compañía para no volverse tímidos o aburrirse. Un cardumen de al menos 6 o más es ideal, y cuanto más grande el grupo, mejor. Son pacíficos, así que se llevan bien con casi cualquier otro pez que no sea agresivo.

Requisitos del acuario: su “pista de carreras”

A las cebritas les encanta el espacio para nadar. Un acuario de mínimo 60 litros es recomendable, pero lo importante es que tenga zonas abiertas para que puedan hacer sus “carreras olímpicas”. No son demasiado exigentes con la decoración, pero agradecen plantas en los bordes, rocas y algún escondite. El agua debe mantenerse entre 18 y 26 °C, aunque aguantan temperaturas un poco más bajas que muchos peces tropicales. Su pH ideal va de 6,5 a 7,5, y no son muy quisquillosos con la dureza. Son prácticamente los “todo terreno” del mundo acuático.

Alimentación: los glotones de las rayas

El pez cebra es omnívoro y con muy buen apetito. Come de todo: hojuelas, gránulos, alimento vivo o congelado como daphnia, artemia y larvas de mosquito. Son de esos peces que se lanzan a la comida en cuanto cae al agua, como si fuera lluvia de pizza. Para mantener sus colores brillantes y su energía de maratonista, lo ideal es darles una dieta variada en pequeñas raciones.

Reproducción: padres de “sí, pero no”

Criar cebritas es bastante fácil, lo que las hace perfectas para acuaristas que quieren ver alevines. Son ovíparos y, cuando llega la hora, la hembra libera huevos que el macho fertiliza en el agua. Peeero—detalle importante—los padres no se quedan a cuidar a sus hijos. Más bien, se los pueden comer si los pillan. Por eso, si deseas que las crías sobrevivan, conviene trasladar los huevos o preparar un acuario de cría con plantas de hojas finas o mallas que protejan los huevitos.

El dato curioso que las hace famosas

Más allá del acuario, el pez cebra es una estrella de la ciencia. Se usa en laboratorios de investigación genética y biomédica porque comparte gran parte de su ADN con los humanos. Sí, este diminuto nadador es como un primo lejano que ayuda a los científicos a entender enfermedades y procesos biológicos. ¡Quién diría que tu pececillo a rayas es también un héroe de bata blanca!

En resumen

El Brachydanio rerio es una explosión de movimiento y simpatía. Con su cuerpo rayado estilo “zebra fashion”, su energía inagotable y su carácter sociable, es perfecto para acuarios comunitarios. Además, es resistente, fácil de cuidar y un gran compañero para principiantes o expertos.

En otras palabras: la cebrita es ese pez que nunca se queda quieto, que llena de vida cualquier acuario y que, sin proponérselo, se convierte en el centro de atención. Y lo mejor… ¡no necesita filtros de Instagram para lucir esas rayas de pasarela!

Información adicional
Peso 100 g